Lo normal es esperar una tesis y una conclusión. Su finalidad no es concluir nada, sino formular nuevas preguntas.
Después de pasar unos días en Teruel, Quique, Roborowsky, Isabel y Diego prepararon las maletas del por si y autopropulsaron al tren. En el puesto de mando seguía estando Quique. Pararon a fotografiar el nombre de algunos pueblos que les parecieron curiosos.
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Recogieron lo más importante y siguieron las coordenadas (41º39’00”N 0º53’00”0) hasta llegar a Zaragoza. (Para divertirse en sus mentes, viajando por su paraíso, le pusieron Saragoza, haciendo honor a tiempos pasados).
Aparcaron el tren y en la puerta de la estación los esperaba Fluvi. Lo llamó Roborowsky para pasar unos días juntos, eran amigos de hace eras.
-Os presento al entrenador. -Dijo Roborowsky.
-¡Bienvenidos a esta maratón! Estoy muy feliz de conoceros y compartir con vosotros entrenamientos y estiramientos para los nudos que haya que desatar. Si os apetece, podemos coger esas bicis de ahí, a la vez que hacemos algo de deporte centrándonos en muslos y rodillas, vemos el lugar. -Expuso Fluvi.
Todos se apuntaron a esa experiencia.
Investigaron y observaron los detalles de la ciudad. Ésta se expresaba al receptor.
En la Fuente de Colores del Parque Grande dejaron las bicis. Fluvi les invitó a pegarse un chapuzón y pegar unos tragos.
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Diego de Marcilla sacó su guitarra. Compusieron una canción mientras que las notas se postraban dando luz de nuevo a los pasajeros que caminaban por ahí.
Quique y Roborowsky quisieron contarle a Lori los nuevos lugares que estaban descubriendo. Volvieron.
El tiburón y Lori apuntaron coordenadas para un posible experimento de esas ciudades. Después de lo conocido Lori quería apuntarse a ver más lugares y a conocer.
-Mientras habéis estado en ese plano, un pez espada y un caballito de mar preguntaron por vosotros. -Le comentaba el biólogo al científico y al psicólogo.
-¿Y qué querían? -Cuestionaba Quique.
-Pues estás siendo conocido en los mares y quieren mostrarte más agujeros para viajar contigo a otras coordenadas. -Concluyó Lori.
-Voy a merodear por el camino y por algas a ver a quién encuentro. Chao Lori, luego nos vemos.-Se despidió Quique.
Se los encontró en la puerta de su morada.
-¡Hemos encontrado otro agujero! ¿Te apetece viajar con nosotros? -Le comunicaban en el silencio.
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-De acuerdo. – Repuso el científico. -Darme unos días que me reponga y junte el posible experimento con Lori. ¡See you soon!
El científico tiburón guardó silencio, buceó en su habitación, desató nudos y contempló sus pensamientos.
CONTINUARÁ…